Salvo para enseñarle como funciona
No hables con tu hija sobre su cuerpo
No le digas nada si ha perdido peso
No le digas nada si ha subido de peso.
Si crees que el cuerpo de tu hija se ve genial, no lo digas!
He aqui algunas cosas que puedes decirle en su lugar:
“Te ves muy saludable”, es una buena opcion.
¿O que tal: “Te ves muy fuerte”? O: ” Se nota que eres feliz, brillas” O, Mejor aun… halaga algo que no tenga nada que ver con su cuerpo.
Tampoco hagas comentarios sobre el cuerpo de otras mujeres. No, ni uno solo; ni positivo, ni negativo.
Enseñale a ser amable con los otros, pero también a ser amable consigo misma”
No te atrevas a hablar sobre cuanto odias tu cuerpo frente a tu hija, o hablar sobre tu nueva dieta. Mejor aun, no hagas dieta frente a tu hija. Compra comida saludable, prepara comidas saludables, pero, no digas ” Por ahora no estoy comiendo carbohidratos” Tu hija no debe pensar que los carbohidratos son malos….
porque sentir vergüenza por lo que comes solo se traduce en sentir vergüenza de ti misma.
Anima a tu hija a correr porque eso la hace sentirse menos estresada. Animala a subir montañas porque no hay ningún lugar mejor para explorar su espiritualidad que la cima del universo.
Animala a surfear, escalar paredes o andar en bicicleta de montaña porque la atemoriza y eso es a veces bueno. Ayuda a tu hija a amar el fútbol, a remar o hockey, porque los deportes hacen de ella una mejor líder, y una mujer más segura de si misma.
Explicale que no importa que edad tenga, nunca dejará de necesitar saber jugar bien en equipo.
Nunca le hagas jugar o practicar un deporte que no adore por completo.
Demuestrale que las mujeres no necesitan de un hombre para mover los muebles.
Enséñale a cocinar.
Heredalé la receta de tu mamá de ese pastel de café de Navidad.
Heredalé tu amor por pasar tiempo al aire libre.
Quizá tú y tu hija tengan muslos gruesos o una caja torácica ancha. Es fácil odiar partes del cuerpo tan lejos de la talla cero. No lo hagas.
Dile a tu hija que, si quiere, con sus piernas puede correr un maratón, y que su tórax no es otra cosa más que un buen estuche para cargar unos pulmones fuertes.
Puede gritar, puede cantar y puede levantar el mundo, si quiere.
Recuerdale a tu hija que lo mejor que puede hacer con su cuerpo es usarlo para mover su hermosa alma.”
María Montessori: fue una educadora, científica, médica, psiquiatra, filósofa, psicóloga, devota católica, feminista, y humanista italiana.