No por mucho madrugar amanece más temprano
Los padres como primeros formadores debemos educar para la Paz, como decía la Doctora María Montessori: "La Educación" no solo debe proteger la personalidad, sino fundamentalmente orientar al hombre en su búsqueda de los tesoros que le garantizarán una existencia feliz; tales tesoros son la inteligencia de la humanidad y una educación pensada en el niño como protagonista, respetando sus ritmos y confiando.
Una educación que da la libertad que necesita el niño. Una educación dentro de la cooperación, sin comparaciones, ni competitividad...donde todos los niños son tratados con dignidad como seres importantes y únicos. (Educación y Paz de María Montessori).
Muchas veces parte de los padres creando competencias entre ellos mismos, ya mi hijo camina, el mio ya lee etc. Viviendo con rivalidad.
Esto algunas veces provocan enfrentamientos que perjudican a los niños empujándolos hacia las competencias y el éxito.
No tenemos que llenar a nuestros hijos de actividades, se nos olvida que solo se niño una vez y que hay que dejar que vivan cada etapa de su niñez.
Debemos tener presentes que somos seres únicos e irrepetibles y cada uno tiene su ritmo.
Algunos aprenden más rápido y otros más despacio. Lo importante es que todos aprenden, y por apurarnos y competir se nos olvida que el aprendizaje es un proceso y no un fin.
En vez de comparar a nuestros hijos démosle el apoyo necesario, enséñele a resolver sus problemas, a tolerar sus frustraciones, conocer sus gustos y fortalezas y que sea el mismo. Eso es lo que lo hace Valioso.
Los niños son esa semillita que se necesita nutrir, con amor, confianza en si mismos con nuestro apoyo incondicional motivando cada uno de sus logros y fracasos.
Que sepan que nosotros confiamos en ello que pase lo que pase estamos ahí y cuentan con nosotros que son únicos y especiales.
No nos apuremos, brindemos la tranquilidad que necesitan, escúchalo, motivalo.
Mantengamos la certeza en el tiempo y sus procesos, la naturaleza es sabia todo crece y florece a su hora cuando lo cuidamos y regamos seamos pacientes. Y recordemos el viejo refrán:
"NO POR MADRUGAR AMANECE MÁS TEMPRANO"
Bertha Marina Abad
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